
El teatro siempre ha sido una poderosa arma social, pero en los últimos años, marcados por la crisis y el resurgir de inquietudes sociales latentes, han cogido mucha fuerza varias disciplinas que ponen la cuestión social y política al mismo nivel que la exigencia artística. Hablamos de una disciplina desarrollada por el director y pedagogo brasileño Augusto Boal en los años 60 y denominada originalmente Teatro del Oprimido, aunque en la actualidad también es conocida como teatro social. Algo que genera cierta polémica.
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